No cabe duda que uno de los mayores problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad (a parte de las desigualdades políticas, sociales y económicas enormes que hay, otro tema muy amplio y preocupante que excede la intención de este artículo) es la contaminación ambiental y su influencia en la población mundial. De cómo van unidos los datos de contaminación ambiental al alza con el aumento de patologías y enfermedades padecidas por la población.
El aumento de la deforestación mundial, el incremento de la utilización de productos químicos para todo tipo de industria, la contaminación del agua y del aire, la contaminación electromagnética que se a convertido en la tercera fuente de contaminación mundial, hábitos de vida que atentan contra ella misma, son solo algunos de los parámetros que han aumentado exponencialmente en las últimas décadas en el mundo y por lo tanto repercuten directamente sobre los seres vivos del planeta.
Vamos por partes:
La Organización Mundial de la Salud estima que un 23% de las enfermedades y un 24% de los fallecimientos tienen que ver con el estado del medio ambiente.
La Agencia Europea de Medio Ambiente, estimaba que el porcentaje de enfermedades de causa ambiental estaría entre el 22 y el 33%. Estos casos sólo hablan de muertes directamente relacionadas con la contaminación ambiental, los casos de personas afectadas que todavía no han muerto y por lo tanto no tienen el triste honor de ser un nº en esa lista, nos hablaría de un porcentaje cercano al 100% de personas afectadas en distintos rangos por la contaminación ambiental, o sea todos estamos expuestos a estos agentes contaminantes y según los hábitos de consumo y formas de vida, marcarán directamente cómo y en qué medida nos veremos afectados.
Múltiples estudios ponen de relieve como hay una relación más que evidente entre los contaminantes ambientales y muchas enfermedades (entre ellas el cáncer). No hay que pensar que este cóctel de sustancias y radiaciones actúan de forma aisladas y subestimar la interacción que ocurre entre ellas, lo que hace más difícil encontrar el culpable directo de las enfermedades, precisamente esto es una de las limitaciones existentes en la mayoría de los estudios realizados, ya que en la vida real por ejemplo, no es posible separar las radiaciones electromagnéticas de las sustancias químicas con las que tenemos contacto a diario.
Sustancias como hexaclorobenceno, lindano, policlorobifenilos, policarbonatos, dioxinas, DDT, ftalatos, compuestos perfluorados, endosulfán, almizcles sintéticos, alquilfenoles, amianto, bisfenol A, Compuestos perfluorados, dimetilfumarato, dioxinas, disolventes, formaldehído, fármacos contaminantes, hidrocarburos, hidrocarburos poliaromáticos (PAHs), Inhibidores de llama bromados, mercurio y plomo, nanopartículas, organoestánnicos, PCBs, parafinas cloradas, pesticidas, son sustancias sobre las que, con frecuencia, hay una nutrida literatura científica que las asocia a los más diversos posibles problemas sanitarios.
Son sustancias que llegan a nosotros a través de la dieta, del agua, del aire, de cosméticos, perfumes, pinturas, barnices, mobiliario, electrodomésticos (ordenadores, televisores, teléfonos móviles, etc.), textiles, utensilios de cocina, etc., o sea están totalmente integrados en nuestro ambiente y vida.
Y cuando se dice que estas sustancias están en niveles por debajo de los límites establecidos (cuando los hay, que esa es otra) no es sinónimo de buena salud o que no conllevan peligro, son compuestos bioacumulativos, que con el tiempo acaban saturando nuestros sistemas biológicos, ya que están presente en multitud de productos y tecnología y la realidad es que a niveles considerados “bajos” producen efectos biológicos, a veces incluso más que los niveles más “altos”. (Olea N. CONAMA. Madrid 2004)
Un detalle, en los últimos treinta años la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud sólo ha analizado unas 900 sustancias sospechosas de ser cancerígenas, de entre las centenares de miles de sustancias que la industria ha generado. Que no habían sido más sustancias las estudiadas no porque no las hubiera sino porque nadie había encargado tales estudios. Y apuntaba cómo de entre todas esas sustancias que habían sido estudiadas sólo una ha sido clasificada como no cancerígena, 95 como claramente cancerígenas, 307 como probablemente cancerígenas y 497 que aún no han sido evaluadas adecuadamente. Denuncian que, pese a ello, muchas de las sustancias más peligrosas siguen utilizándose generalizadamente, como sucede con el benceno.
Volvamos a la correlación entre el incremento del cáncer, infertilidad, alteraciones hormonales, problemas neurológicos, inmunológicos, etc., y la contaminación ambiental, poniendo en relieve su íntima correlación.
La contaminación electromagnética, es una de los agentes contaminantes que más se ha desarrollado en las últimas décadas, según los datos estadísticos del sector de las telecomunicaciones (CMT) en España, en el año 1997 había 10,2 líneas de telefonía móvil por cada 100 habitantes (37 millones de habitantes en España), unos 3.774.000 teléfonos móviles, 10,2 % de la población tendría línea de telefonía móvil.
En el año 2009 habían activas 53.044.660 líneas de telefonía móvil, 109,3 teléfonos móviles por cada 100 habitantes, más del 100% tenía teléfono móvil, 14 veces más que la década anterior.
2011 es el año en el que más minutos se ha hablado de la historia de la telefonía móvil. Se consumieron 72.263,4 millones de minutos, un 1,46% más que en el 2010 (71.208,35 millones de minutos) (ver gráfica)
Por supuesto este aumento de líneas de telefonía móvil conlleva un aumento de las infraestructuras asociadas a ella, como son las estaciones bases, repetidoras, etc., vamos a verlo en números:
En España en el año 2003 habían 32616 estaciones base de telefonía móvil, en el año 2009 ya habían 83004 estaciones base de telefonía móvil legales y registradas, un 255% más que seis años atrás.
Un incremento medio anual de 8400 estaciones base, la gran mayoría en áreas densamente pobladas como son las ciudades, que sufren un incremento de las radiaciones electromagnéticas de alta frecuencia millones de veces superior a las que se tenía en la década anterior, a esto habría que sumar las estaciones de televisión y radio digital, estaciones de comunicaciones de policía, bomberos, protección civil, radares, redes wifi, teléfonos inalámbricos, etc., y por supuesto las estaciones base de telefonía móvil que no están legales y por lo tanto no están registradas que suponen cientos quizás miles de estaciones base de telefonía móvil más.
Los estudios científicos que han encontrado relación entre ondas electromagnéticas y efectos biológicos, ponen de manifiesto la relación entre densidad de potencia (en niveles inferiores hasta millones de veces a los considerados como niveles máximos permitidos) y tiempo de exposición como parámetros determinantes a la hora de encontrar esos efectos biológicos.
El incremento de toda la tecnología inalámbrica, antenas de diferentes frecuencias en el exterior y wifi, teléfonos inalámbricos, etc., que hemos incorporado al interior de nuestros hogares y espacios públicos, hacen que nuestra exposición a esta contaminación sea continua y por lo tanto un factor determinante en nuestra salud.
Hasta la fecha existen dos estudios científicos publicados sobre antenas y cáncer, y ambos relacionan las antenas de telefonía con un incremento de casos de cáncer. El primero de ellos, un estudio Israelí (Wolf y Wolf, 2004) publicado en ‘International Journal of Cancer Prevention‘, indica un incremento de la incidencia de cáncer 4,15 veces mayor en el área de influencia de una antena. El segundo, una investigación realizada en Alemania (Eger et al., 2004) y publicada en ‘Unwelt medizin gesellschaft‘, concluye que el riesgo de contraer un cáncer se multiplica por 3,29 en el área interior de un radio de 400 metros de otra antena.
Estudios que relacionan la radiación electromagnética artificial a niveles bajos de exposición (en relación con las normas internacionales vigentes) con las aberraciones cromosómicas (10-11) y con la rotura de la cadena de ADN (12).
Varios otros estudios han encontrado elevados casos de cáncer en adultos y cáncer infantil en las poblaciones residenciales que viven en las cercanías de antenas de transmisores de RF / MW, (1-2). Otros estudios (3-4) reportan un aumento significativo en las tasas de cáncer en zonas residenciales con una exposición crónica a radares (puertos, aeropuertos, zonas militares, etc.). Por lo tanto existe una considerable evidencia epidemiológica científica que da razones a la preocupación pública. Szmigielski y Richter et al. (5, 6) informó que cuanto mayor es la exposición ocupacional, se produce un mayor riesgo de cáncer, en particular el cáncer hematopoyético / linfático y los tumores cerebrales.
Varios estudios previos publicados han encontrado mayores tasas de cáncer, especialmente leucemia, en las inmediaciones de radares y torres de transmisión (7-8). Dado que la exposición al campo lejano de radiofrecuencias incluye a toda la población, se podría hablar de un Carcinógeno genotóxico universal. Elwood (9) revisó seis estudios ocupacionales, encontrando tasas elevadas de cáncer en varios órganos del cuerpo en diferentes estudios independientes. Dado que todo el planeta está expuesto a las radiofrecuencias (en sus distintas señales y frecuencias, satelitales, radio, televisión, móvil, radar, wifi, etc.), es una radiación artificial omnipresente. Esto es especialmente preocupante para las poblaciones urbanas que están expuestas a una mayor densidad de potencia de ondas electromagnéticas.
Los siguientes son enlaces a las recientes investigaciones para encontrar pruebas sólidas de que las emisiones de las antenas de telefonía móvil pueden tener efectos nocivos en una proporción significativa de la población expuesta:
- Los habitantes que viven cerca de las estaciones base de telefonía móvil en riesgo de desarrollar problemas neuropsiquiátricos y algunos cambios en el desempeño de las funciones de comportamiento neurológico, ya sea por la facilitación o inhibición. Abdel Rassoul 2006
- A pesar de una exposición a niveles muy bajos de radiación de antenas de telefonía móvil, los efectos sobre el bienestar y el rendimiento no se puede descartar Hutter 2006
- Informe REFLEX muestra que la radiación de telefonía móvil daña las células vivas in vitro (diciembre de 2004)
- Se triplica el riesgo de cáncer cerca de antenas de telefonía móvil – 2004 Eger y Wolf & Wolf 2004
- Augner C (septiembre de 2008) las estaciones de base GSM: Efectos a corto plazo sobre el bienestar, y el bioelectromagnetismo. 2008 19 de septiembre.
- J Everaert, Bauwens D, (2007) Un posible efecto de la radiación electromagnética de los móviles de estaciones base de telefonía en el número de crías de gorriones (Passer domesticus), Electromagn Biol Med. 2007; 26 (1) :63-72.
- Abdel Rassoul G et al, (marzo de 2007) los efectos neuroconductuales entre los habitantes de los alrededores estaciones base de telefonía móvil, neurotoxicología. 2007 Mar; 28 (2) :434-40.
- Teléfono móvil, tecnología GSM, incidencia cada vez mayor tumor en el cerebro (2003)
Hay otra serie de datos que nos pueden dar una idea de porqué se hace muy poco o más bien nada desde las instituciones públicas responsables (los niveles oficiales(1) establecidos como máximo de radiación, están vigentes desde la década de los 90 del siglo pasado, valores propuestos por El ICNIRP (International Commission on Non-lonizing Radiation Protection), cuyos conflictos de intereses la ponen en entredicho.
En España (en el resto del mundo, las cifras habría que multiplicarlas exponencialmente) el volumen de negocio de estas empresas de telecomunicaciones y el peso que tienen en la economía nacional es muy alto, con lo que la toma de decisiones que puedan afectar a este sector, cuentan directamente con su participación, cosa normal ya que son parte interesada. Lo que no es normal es el nivel de influencia que llegan a tener, ya que prácticamente son ellas las que se regulan, quedando los organismos oficiales de regulación a su entera disposición, esto provoca una legislación a la carta, haciendo caso omiso de las recomendaciones del parlamento europeo como organismo oficial y de organizaciones de diversa índole (médicos, ecologistas, organizaciones sindicales, etc.) que basados en múltiples estudios científicos y en la evidencia de las pruebas, piden una verdadera regulación del sector priorizando la salud de los ciudadanos y el medio ambiente.
El estado se ha embolsado 1.647 millones de € en la última subasta del espectro radioeléctrico español (viendo las ganancias del sector – ver– parece una cifra hasta ridícula), otro aliciente para no restringir el sector.
La evolución de múltiples enfermedades, afecciones, cáncer, etc., parecen ir de la mano del incremento de la contaminación ambiental, llegando a tener líneas de tendencia prácticamente iguales.
Este mismo análisis se puede extrapolar a otros sectores económicos como son la industria farmacéutica, industria química, energéticas, que gozan de una “impunidad” proporcional al volumen de negocio que tienen.
Algunos ejemplos de aumento de enfermedades en las últimas décadas.
Casos de autismo:
En EEUU, en 1970 había 1 caso de autismo por cada 10000 habitantes, esa cifra se dobló en 1975, 1 de cada 5000, los datos de este milenio son estremecedores, datos del 2012 ponen de manifiesto que 1 de cada 88 habitantes tiene autismo, 114 veces más que hace 40 años.
Enfermedades neurodegenerativas Alzehimer y parkinson.
En el año 2000 se calculaba que la tasa de mortalidad era de 178 por cada 10000 habitantes en España, en la actualidad el nº de afectados asciende a 800.000, las previsiones hablan del triple de casos en pocas decenas de años, 2.400.000.
En total, unas 150.000 personas tienen la Enfermedad de Parkinson en España, de las que una quinta parte son menores de 50 años. Esta cifra la convierte en la segunda patología neurodegenerativa en número de afectados, tan solo por detrás del Alzheimer, se estima que los casos de esta enfermedad sigan creciendo.
Cáncer
A principios de la década de los ochenta, la mortalidad por casos de cáncer en España era de menos de 59.000 al año, en el año 2010 el cáncer mató a 107.355 en España, un 81% más en menos de treinta años, las previsiones para el año 2012, calculan que habrán mas de 208.000 afectados por algún tipo de cáncer en España, un aumento que nada tiene que ver con la variación demográfica, que referida a este periodo tiene un incremento del 24% más.
En la última década se han incrementado en un 13% las muertes por esta enfermedad, que afectará a uno de cada cuatro españoles, según datos del Instituto Nacional de Estadística.
Estimación de la mortalidad de todos los cánceres en mujeres, hombres y ambos grupos para los años 2006 y 2012.
En el resto del mundo los datos apuntan a la misma tendencia que en España, un panorama desolador, en el que se hace caso omiso de las advertencias de científicos, organizaciones independientes y recomendaciones de comisiones parlamentarias que claman por un cambio radical y la toma de medidas urgentes.
Fuente: globocan
Curiosos y tristes son los casos de glioma cerebral en adultos y los meduloblastomas en la edad infantil, cuya incidencia en la población cada vez es mayor y cada día afecta a un mayor nº de personas.
Estimación de la incidencia de todos los cánceres en mujeres, hombres y ambos grupos para los años 2006 y 2012.
Hay evidencias firmes de relación entre este tipo de cáncer y la radiación electromagnética, sin embargo la respuesta de muchos profesionales especialistas se limitan a decir que no está totalmente probado y no son capaces de recomendar a los afectados que dejen de utilizar el móvil durante un tiempo como medida de precaución, una aberración y muestra de ignorancia total o simplemente el seguimiento de unas directrices bien definidas. Eso sí, están trabajando en nuevos medicamentos con los que se van a ganar un buen dinero y podrán decir que hacen algo, siento la demagogia, pero cuando el sistema está montado así, lo de buscar las causas y tomar medidas preventivas pasa a un segundo plano, con el consiguiente agravio a los seres vivos en general y pacientes en particular.
La evidencia está a la vista de todos, se quiera o no se quiera ver, no es posible disociar el aumento de la contaminación ambiental extendida a nivel mundial,con el incremento espectacular de todo tipo de enfermedades en todo el mundo, nuestros genes no cambian en treinta años dicen los expertos, las condiciones a las que estamos expuestos sí, esperar a que las nuevas generaciones nazcan directamente enfermos (buen negocio para algunos), intoxicados, con una esperanza de vida más alta siempre que se tomen los medicamentos pertinentes, con unos espermatozoides que ni siquiera podrán participar en unas para-olimpiadas por deficiencia exacerbada e incapacidad hasta para moverse, cuando la pérdida de diversidad biológica sea irreversible (otro gran negocio) con lo que la capacidad de elegir realmente, se difumina, y porqué no decirlo (como decía aquel) cuando las ranas críen pelos, parece que ese será el momento para que nos enfademos y hagamos algo.
El doctor K. Haggerty de la universidad de Colorado, tras varios experimentos con plantas, sostiene que: “En la actualidad hay un fondo de radiofrecuencia generado por el hombre, a lo largo de toda la Tierra, aunque la fuerza de este campo es mucho mayor en las pobladas y urbanizadas ciudades. Los campos más fuertes se encuentran en Europa Central, en la parte oriental de los Estados Unidos y en China, zonas en las que se observa un deterioro de los bosques, hecho que fue comprobado por primera vez en el centro de Europa y el este de los Estados Unidos y China, experimentando una rápida desertificación…….. sin que se encuentre ninguna explicación definitiva para estos sucesos, pero parece plausible que la disminución se deba a la exposición de ondas de radiofrecuencia.”
Recomendación 1863 (2009) 1 PARLAMENTO EUROPEO
1. La Asamblea Parlamentaria, al igual que otras organizaciones internacionales como la Unión Europea, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Europea de Medio Ambiente, señala que hay crecientes vínculos entre la contaminación del medio ambiente y cada vez mayores y más evidentes riesgos para la salud. Patologías relacionadas con el ambiente no se limitan a enfermedades respiratorias y cardiovasculares o tipos específicos de cáncer, sino que incluyen patologías crónicas y emergentes, tales como deterioro del sistema inmunitario, enfermedades neurológicas y neurodegenerativas y trastornos del sistema reproductivo y hormonal.
7. La evaluación de riesgos debe basarse exclusivamente en criterios científicos, lo que significa que debe ser protegido de todo tipo de presión ejercida por las autoridades políticas o grupos de presión económicos, y debe tener en cuenta los efectos a menudo insidiosos de la exposición crónica a dosis bajas o muy bajas de una gama de contaminantes que trabaja en combinación. Incluso en pequeñas dosis, un cóctel de contaminantes en el aire, el agua, los alimentos y en productos de consumo diario, y también en los materiales de construcción (como el asbesto), puede tener un efecto serio en la salud humana.
11. Frente a los crecientes riesgos para el medio ambiente, la fauna y la salud humana, particularmente la de las generaciones futuras, la Asamblea apoya los esfuerzos de investigación que se están realizando a nivel europeo e internacional para evaluar, con el necesario grado de certeza, el impacto de las bajas dosis de sustancias químicas contaminantes y las radiaciones ionizantes y no ionizantes sobre la salud humana.
14. Destacando la necesidad de la acción práctica con urgencia para frenar el incremento de los riesgos conocidos o emergentes, la Asamblea pide al Comité de Ministros a invitar a los Estados miembros y observadores del Consejo de Europa para:
14,1. reconocer los estrechos vínculos entre el medio ambiente y la salud y para proporcionar coordinados, políticas fuertes en este ámbito;
14.11. apoyar la agricultura orgánica y regular los métodos de producción agrícola que usan menos pesticidas, desarrollo de los modos menos contaminantes de producción de energía, reducir el impacto sobre la salud del tráfico rodado y promover una política de construcción que tiene en cuenta el impacto de los materiales de construcción y edificación en la salud;
14.12. tener en cuenta las advertencias de la Agencia Europea de Medio Ambiente sobre la contaminación electromagnética y los riesgos específicos de salud atribuidos a sistemas de telefonía móvil;
http://assembly.coe.int/Mainf.asp?link=/Documents/WorkingDocs/Doc11/FDOC12608.htm
(1)Dichos límites están basados en los EFECTOS A CORTO PLAZO, efectos INMEDIATOS en la salud tales como estimulación de los músculos y nervios periféricos, calentamiento de los tejidos tisulares procedente de la absorción de energía por exposición a campos electromagnéticos así como descargas y quemaduras causadas por el contacto con objetos conductores.
Para establecer las restricciones básicas a los campos electromagnéticos en función de la frecuencia se emplean las siguientes cantidades físicas (cantidades dos¡métricas o exposimétricas):
Entre 0 y 1 Hz se proporcionarán restricciones básicas de la inducción magnética para campos magnéticos estáticos (0 Hz) y de la densidad de corriente para campos variables en el tiempo de frecuencia £ 1 Hz, con el fin de prevenir los efectos sobre el sistema cardiovascular y el sistema nervioso central.
Entre 1 Hz y 10 MHz se proporcionan restricciones básicas de la densidad de corriente para prevenir los efectos sobre las funciones del sistema nervioso.
Entre 100 kHz y 10 GHz se proporcionan restricciones básicas del SAR para prevenir la fatiga calorífica de cuerpo entero y un calentamiento local excesivo de los tejidos. En la gama de 100 kHz a 10 MHz se ofrecen restricciones de la densidad de corriente y del SAR.
Entre 10 GHz y 300 GHz se proporcionan restricciones básicas de la densidad de potencia con el fin de prevenir el calentamiento de los tejidos en la superficie corporal o cerca del ella.
O sea, directamente para que no achicharrarnos en el momento, lo que no supone ninguna garantía de los efectos a largo plazo y de incidencias de carácter no térmico y más cuando los niveles de exposición a los que estamos sometidos, no paran de crecer cada día.
El señor Mariano Bueno investigador en salud ambiental y experto geobiólogo, hacia referencia a los niveles de densidad de potencia legalmente admitidos comparándolos con una velocidad máxima permitida en autopista de 400km/h, asegurando así que nadie podrá llegar a esa velocidad por muy potente que sea el coche que tengas.
1. Balode, Z., 1996: “Assessment of radio-frequency electromagnetic radiation by the micronucleus test in Bovine peripheral erythrocytes”. The Science of the Total Environment, 180: 81-86
2. Garaj-Vrhovac, V., Horvat, D. and Koren, Z., 1991: «The relationship between colony-forming ability, chromosome aberrations and incidence of micronuclei in V79 Chinese Hamster cells exposed to microwave radiation». Mutation Research 263:143-149
3. Garaj-Vrhovac, V., Fucic, A, and Horvat, D., 1992: “The correlation between the frequency of micronuclei and specific aberrations in human lymphocytes exposed to microwave radiation in vitro”. Mutation Research, 281: 181-186.
4. Garaj-Vrhovac, V., 1995: «Micronucleus assay and Lymphocyte mitotic activity in risk assessment of occupational exposure to microwave radiation». Chemosphere 39(13):2301-2312.
5. Garcia-Sagredo, JM and Monteagudo, JL, 1991: «Effect of low-level pulsed electromagnetic fields on human chromosomes in vitro: analysis of chromosome aberrations». Hereditas 115(1): 9-11.
6. Haider, T., Knasmueller, S., Kundi, M, and Haider, M., 1994: “Clastogenic effects of radiofrequency radiation on chromosomes of Tradescantia”. Mutation Research, 324:65-68.
7. CCSFDPH, 1988: «Report on Cancer Incidence in Fan Francisco». City and County San Francisco Department of Public Health, 101 Grove Street, San Francisco, California
8. Richter, ED, Ben-Michael, E., Berman, T., Laster, R. and Westin, JB, 2000: “Cancer in radar technicians exposed to RF/MW: Sentinel episodes”. Int J Occ Env Health 6(3):187-193.
9. Elwood, JM, 1999: “A critical review of epidemiologic studies of radiofrequency exposure and human cancer”. Environmental Health Perspectives (107, Suppl 1): 155-168.
10. Maes, A., Collier, M., Slaets, D., and Verschaeve, L., 1996: “954 MHz Microwaves enhance the mutagenic properties of Mitomycin C”. Environmental and Molecular Mutagenesis, 28: 26-30
11. Jordan, EC, (Ed), 1985: «Reference data for Engineers: Radio, Electronics, Computer and Communications, 7ª Edition». Publ. Howard W. Sams & Co., Indianapolis
12. Beaglehole, R., Bonita, R. and Kjellström, T., 1993: «Basic Epidemiology», Publ. Mundo Health Organization, Geneva.
Más información:
http://carlosdeprada.wordpress.com/2009/01/18/toxicos-y-salud/