Estudio de radiaciones naturales y artificiales de alta frecuencia

Uno de los temas que tenemos que tener claro cuando hablamos de la contaminación electromagnética, es la cantidad de radiación que está dispersada en el ambiente.

Trre de comunicación

Aquí pongo un ejemplo claro de cómo nos afectan, no solo a los seres humanos, sino a todos los seres vivos.

Esta es una medición que se hizo en una finca de cultivo biológico en el este de la isla de La Palma, en una zona eminentemente agrícola. El dueño es un buen conocido mío y me pidió que le realizara una medición, debido a que tenía problemas de salud en los árboles y un detrimento en la producción, también tiene abejas, las cuales morían y apenas producían miel… curioso en un entorno con flores durante todo el año.

En la finca no hay ninguna línea de alta tensión, hay una de media tensión en un borde de la finca pero con suficiente distancia como para tener un efecto negativo sobre la zona medida. Lo que sí se observa son dos torres a una distancia en línea recta de un km, con dos antenas de telefonía móvil tipo direccional en frecuencias GSM (900 Y 1800 MHz) y UMTS y otras cuatro, tipo parabólica de comunicación entre islas.

Decidí hacerle un estudio de radiaciones naturales y otro de radiaciones electromagnéticas de alta frecuencia en una parcela de la finca.

Para ello utilicé:

Material utilizado

• Analizador de alta frecuencia HF 59B, con antena UBB27 G3 (isotrópica)/ Antena Log-Per (Antena logarítmica periódica)

• Analizador de alta frecuencia HF Digimeter de Endotrinic, con antena especial para medir radiación endógena recibida por árboles en este caso y metal (colmenas)

• Analizador de campos magnéticos continuos Fauser FM 10 con sonda BS

• Brújula.

• vara de zahorí.

• Papel milimetrado, regla, lápices de colores (para diferenciar diferentes mediciones).

Resultados de las mediciones de radiaciones naturales:

Líneas Berker, Curry y agua

El estudio se realizó mediante la percepción sensorial (radiestesia), con una vara en forma de Y, tipo Zahorí. Se detectaron las líneas cosmotelúricas, Benker y Curry, de la misma manera se detectó una línea de agua que cruzaba la parcela, no se detectó ninguna otra anomalía geológica (cuevas, fisuras, chimeneas, etc.), en cuanto a la variación del campo magnético terrestre, no se observó ninguna variación significativa.

Parcela

Conclusiones:

No hay nada que indique que la muerte de los árboles se deba a las radiaciones naturales, salvo uno que está muy cerca del borde de la línea de agua y sí que se ve afectado, ya que tenía la mitad del tronco seco, posiblemente por la presencia de PHITHOPHTHORA, un hongo edáfico, corroborada su presencia por síntomas en ramas superiores (corteza de consistencia de papel).

De seis árboles en esta parcela, ya han muerto cuatro, pasando de un estado saludable (salvo el de la línea de agua) a morir en pocos meses (tres manzanos y un chirimoyo).

Con respecto a las abejas, habían pasado de tener una producción aceptable en las primeras recolectas, a ir bajando poco a poco su rendimiento y a estar cada vez más afectadas por barroa (que era tratada con mentol, eficaz pero en este caso no tanto), llegando a morir colmenas enteras (seis de ocho). Incluso, teniendo en cuenta la productividad de la reina, la barroa y puede que hasta la humedad del lugar, no se encontraba una explicación a esta mortalidad tan alta. La única colmena que estaba dando resultados más o menos óptimos, era la que estaba encima de la vena de agua subterránea.

Luego se pasó al estudio de la contaminación por ondas electromagnéticas pulsadas de alta frecuencia, con dos instrumentos diferentes:

Medidas: van desde los 120 μW/m2 de pico máximo en superficie de la zona más expuesta a la radiación de la antena de móvil a 1´5m de altura, a los 38 μW/m2 de la zona menos expuesta.

Medición alta frecuencia valores en microvatios metro cuadrado

En lo que se refiere a la densidad de potencia soportada por los cuerpos, van desde los 6500 μW/m2 medidos en las partes de metal de las colmenas, pasando por los 1800 μW/m2 de un árbol en la zona más expuesta (visión directa), a los 45 μW/m2 del árbol en la zona menos expuesta.

Antena

HF 59BConclusiones:

Estos serían valores catalogados como de extremos a fuertes1, lo que sugiere una relación directa entre la muerte de los árboles, incluso de sus patologías (plagas) debido al continuo estrés producido por la radiación, que va mermando continuamente sus defensas y sus sistemas de regeneración. Con las colmenas pasa idénticamente lo mismo, acentuado negativamente por las partes de metal que tienen incorporadas en tapa y panales que hace las veces de antenas receptoras, produciendo directamente la muerte de las abejas o su decisión de enjambrarse e irse a otro lado en el que no se sientan agredidas por esta radiación.

Ni que decir tiene que es más preocupante la situación en la que se encuentran las casas alrededor de ésta y otras antenas.

(1)Por el instituto alemán de la ecología y bioconstrucción, informe bioInitiative report, recomendaciones de Zalsburgo, Benebetto y otras recomendaciones de informes científicos.

Consejos:

(1) Reclamar a las autoridades competentes la revisión de la potencia de emisión de las antenas para que sean biocompatibles, y así poder disfrutar de esta tecnología sin que tenga efectos negativos en los seres vivos (no olvidemos que somos seres bio-electro-químicos, y que nuestro cuerpo está diseñado como una antena para poder captar las radiaciones de nuestro alrededor y evolucionar con ellas (esta evolución lleva miles de años) y las radiaciones artificiales se han multiplicado exponencialmente en las últimas décadas y con las cuales no hemos evolucionado, por lo que nuestro organismo no está preparado para combatirlas).

(2) Recomendaciones más realistas (por que al parecer prevalecen los intereses económicos a la salud de la sociedad), para los frutales una solución más o menos práctica pero efectiva, es la colocación de una barrera entre la antena y los frutales, esto se consigue poniendo una malla fina de metal en los bordes de las terrazas, y así eliminar el componente eléctrico de la onda electromagnética y por consiguiente la propia onda.

(3) Para las colmenas, sustituir los elementos metálicos por otro material no receptor de ondas, cosa fácil en la tapa de la colmena, pero más complicado en los alambres de los panales, ya que al parecer calientan los alambres con electricidad para poder fundir la cera y así poderla fijar (no sé si es económicamente viable, pero antes no hacían los panales así y no sería mala idea recuperar esa tradición).

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