La respuesta de proteoma del cerebro, después de la exposición de todo el cuerpo en ratones, a radiaciones de teléfono móvil o a la radiación base del teléfono inalámbrico DECT
Nuevo estudio científico publicado en la revista Biología y Medicina Electromagnética, bajo la edición del 25 de enero del 2012, ha demostrado cómo los campos electromagnéticos emitidos por; los teléfonos móviles, las conexiones WiFi, W-land y los equipos de conexión inalámbrica, producen importantes cambios de proteínas en el cerebro de los animales expuestos. La exposición constante a las frecuencias electromagnéticas, es el resultado de la actual de esta tecnología, y precisamente por eso es tan importante; estudiar a fondo los efectos adversos para los usuarios e informar con exactitud lo que les puede ocurrir en un futuro inmediato.
Este nuevo estudio, deja en evidencia los límites actuales de radiación, por excesivos, y plantea la necesidad de una revisión a la baja de los niveles máximos permitidos y por consiguiente de los niveles a los que está expuesta la población.
Sin entrar en alarmismos innecesarios, si que se deberían poner en práctica medidas de higiene electromagnética dentro de los hogares, promovida por los propios usuarios, de tal manera que se reduzcan los niveles de exposición a estas ondas, con medidas que pueden encontrar aquí.
Se demuestra una vez más que la potencia de radiación (hablamos de niveles inferiores a los máximos permitidos establecidas por ley, basadas en recomendaciones de la Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante.), unido al tiempo de exposición, genera múltiples problemas en el organismo y problemas con la salud.
Los investigadores encontraron que 143 proteínas en el cerebro se han visto afectadas negativamente por la radiación de ondas electromagnéticas del rango de las microondas. Un total de 3 horas de exposición a frecuencias de la telefonía móvil un grupo, y a radiaciones de telefonía inalámbrica otro grupo, durante un período de 8 meses, provocaron un cambio drástico, para mal, de muchas proteínas directamente vinculadas a la función neuronal
En la actualidad se sabe que la exposición a corto plazo de las microondas emitidas por un teléfono móvil, afectan al usuario dependiendo de la distancia a la que se encuentra la antena de la cabeza y que pueden penetrar hasta 2,54 cm en el cerebro, pero el estudio en el que aquí nos referimos, se centra más en los efectos producidos a largo plazo y de cómo la radiación electromagnética impacta a las proteínas específicas del cerebro. El estudio provee nuevas evidencias sobre la potencial relación entre los campos electromagnéticos y las complicaciones de la salud, derivadas de la exposición a las radiaciones electromagnéticas, tales como: dolores de cabeza, mareos, trastornos del sueño, e incluso tumores y la enfermedad de Alzheimer.