Sensibilidad Química y Ambiental Múltiple sobrevivir en entorno tóxico

SENSIBILIDAD QUÍMICA Y AMBIENTAL MÚLTIPLE, SOBREVIVIR

EN UN ENTORNO TÓXICO”

Del libro recientemente publicado en España “Sensibilidad Química y Ambiental Múltiple, Sobrevivir en un entorno tóxico”, del doctor español Joaquín Fernández Solá y Nogué, se extraen algunos de los contenidos principales.

• Problemas psíquicos y físicos

Este autor refiere que un entorno nocivo provoca un despertar confuso y cansado cada mañana. La sensibilidad ambiental se ha visto afectada por la falta de conexión con la naturaleza y por disponer de domopatías (término genérico que expresa enfermedades) en dormitorios y sitios laborales, que ocasionan estrés psicofísico, insomnio, jaquecas, ansiedad, agotamiento crónico o depresión.

A más largo plazo pueden causar problemas respiratorios y circulatorios, lesionando el sistema inmunitario y favoreciendo enfermedades degenerativas, como leucemia infantil y cáncer cerebral.

Electrosensibilidad, cómo superarla

En el entorno urbano surgen cuadros de electrosensibilidad que impiden el desempeño laboral con una capacidad de movilización muy limitada; sin embargo, la respuesta fisiológica cambia profundamente en contacto con la naturaleza, la pureza del aire, sin ruido ni tráfico, sin torres de alta tensión ni antenas telefónicas.

Olores fuertes, polución química, pisos

En las ciudades perjudican los olores fuertes (suavizante, limpiadores, perfumes), especialmente en espacios mal ventilados; también fumigaciones y pisos como PVC, pladur o parket sintético, al igual que radicarse en las cercanías de una fábrica.

Se han sumado ondas electromagnéticas en la calle, la casa y el trabajo, que penetran en el cuerpo y el cerebro, de modo invisible e inmaterial.

La plaga de sensibilidad química múltiple se relaciona con la exposición a fuentes de contaminación ya bien conocidas: amianto, CFC, plomo, benceno, zinc, ftalato, formaldehído, organoclorados, radón, etc. Y el cuadro se agrava por el consumo de agua y alimentos desnaturalizados, o contaminados, especialmente por pesticidas y abonos, mercurio y otros metales pesados.

Aire y ambientes herméticos

La calidad del aire es peor en los espacios demasiado herméticos, por la presencia de materiales nocivos, productos de limpieza, o sistemas de climatización.

Un informe de Greenpeace encuentra más de cien productos químicos tóxicos dentro de nuestras casas, a veces en triple concentración de polvo nocivo que en el exterior.

Atrofia de tejido subcutáneo en muslos, edificios enfermos

La reciente epidemia de lipoatrofia semicircularis (atrofia de una zona semicircular del tejido fino graso subcutáneo, situado sobre todo en el frente de los muslos) en edificios emblemáticos de Barcelona, mostró que se están levantando edificios enfermos.

Los campos electromagnéticos crean depresión y perjudican grasas vitales como la mielina del sistema nervioso.

Publicado el: 08 marzo, 2011   

Fuente: http://es.shvoong.com/medicine-and-health/epidemiology-public-health/2129912-sensibilidad-qu%C3%ADmica-ambiental-m%C3%BAltiple-sobrevivir/

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