Los vecinos de La Rondilla protestan contra la instalación de las antenas
«El Ayuntamiento no ha tenido en cuenta la opinión de los vecinos», esta es la queja principal de la asociación vecinal La Rondilla desde que conocieron que próximamente una compañía de telefonía móvil instalará antenas en uno de los edificios de la plaza Ribera de Castilla, una situación que los vecinos del barrio se niegan a aceptar y por la que están luchando desde hace un año, cuando se conoció la noticia, para que se cambie la ubicación de las antenas y se modifique la ordenanza municipal.
Desde la asociación vecinal La Rondilla, que se haya dado el permiso para la instalación, demuestra «que para el Consistorio es más importante lo que digan las compañías móviles antes que el principio de prevención», como aseguró el vicepresidente de la organización vecinal, Miguel Ángel Niño. Una organización que está decidida a frenar a las compañías telefónicas, y por eso, en octubre del pasado año comenzaron una campaña para impedir la futura instalación. Más de 1.500 firmas, 500 alegaciones de los vecinos y una petición conjunta de los hosteleros de la plaza, junto con la tramitada por la Gerencia de Atención Primaria, en la que se pide que se reconsidere la instalación de las bases, han sido las armas con las que de momento cuenta esta asociación. Todo ello acompañado por los carteles de ‘No a las antenas’ que empapelan las paredes del barrio y las ventanas de los edificios.
«Queremos que se modifique la ordenanza municipal para que se reduzca el nivel de vatios permitido» explicaron desde la asociación. Para ellos, que existan lugares en los que los móviles «están funcionando con un nivel menor» demuestra que «es necesario un cambio». En su queja ante esta situación predomina el error, según ellos, de colocar unas antenas de este tipo en «una zona rodeada de sitios sensibles»; es decir, con institutos, centros de personas mayores, piscinas o centros de salud, donde hay «continuamente personas».
La asociación se basa, para plantear los perjuicios que ocasionarán las antenas, en la resolución de 2011 del consejo de Europa, «aquí se reconoce que es necesario revisar la legislación actual y adecuarla a las recomendaciones de Organización Mundial de la Salud». Los vecinos consideran que «si una organización dependiente de la ONU plantea que hay posibilidad de que las antenas produzcan cáncer, hay motivos suficientes para que el Ayuntamiento nos escuche».
A la pregunta de si la asociación tiene análisis clínicos o estudios que lo demuestren, los vecinos aseguran que en estos momentos no tienen «facilidad económica para asumir este gasto», pero que disponen de la colaboración del centro de salud del barrio para que elabore un informe con las posibles repercusiones que la instalación puede tener en los vecinos. Además como explicaron «tenemos constancia de los problemas de salud que están acarreando las antenas a los inquilinos de otras comunidades del barrio».
Hoy, desde las 19:30 en la plaza Ribera de Castilla, la asociación ha organizado una asamblea para «presentar el problema a los vecinos» y plantear cuáles pueden ser las soluciones, una de las que se está barajando es «acudir al contencioso administrativo a solucionarlo».