Sugiere un mecanismo por el cual la exposición a la radiación de telefonía celular en el útero puede dar lugar a la mayor prevalencia de los trastornos neuroconductuales.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Yale encabezados por el doctor Huhg Taylor profesor y jefe de la División de Endocrinología Reproductiva e Infertilidad en el Departamento de Obstetricia, Ginecología y Ciencias Reproductivas.
Realizaron un experimento de exposición a alta frecuencia, más concretamente a radiaciones de teléfonos móviles de uso común (800-1900 Mhz), con una especificación concreta del TAE. (SAR) no superior a la admitida como máxima en los EE.UU. (que, es más baja que en Europa).
A esta radiación, muy común en nuestra sociedad, fueron expuestos ratonas gestantes y por consiguiente sus fetos, durante un determinado tiempo según diferentes grupos.
Advirtiendo que los efectos de la exposición prenatal a la radiación del teléfono celular pueden tener efectos más profundos en las funciones cerebrales que lo reportado en este estudio.
Ellos encontraron que los ratones que fueron expuestos a la radiación tendía a ser más hiperactivos y había reducido la capacidad de memoria. Taylor atribuyó los cambios en el comportamiento de un efecto durante el embarazo sobre el desarrollo de neuronas en la región de la corteza prefrontal del cerebro. Advirtiendo que los efectos de la exposición prenatal a la radiación del teléfono celular pueden tener efectos más profundos en las funciones cerebrales que lo reportado en este estudio.
Seguramente habrá que investigar más o esperar a que los efectos sean evidentes, como sucede casi siempre, para llegar a una conclusión firme, de todas maneras no está de más tener una higiene electromagnética correcta que impida o limite los efectos negativos de estas radiaciones, sobre todo en niños, embarazadas, personas de edad avanzada, personas enfermas o sensibles, etc., sobre todo porque lo que investigó este estudio eran solo las radiaciones emitidas por teléfonos móviles, con lo cual no se evaluó la incidencia de otras radiaciones que tenemos en nuestras casas como el teléfono inalámbrico, wifi, radiación de baja frecuencia y demás contaminantes con los que convivimos cada vez con mayor normalidad, esto sugiere que los efectos serán más graves simplemente por acumulación de contaminantes. Todo esto hay que tenerlo en cuenta, porque la solución propuesta a posteriori, es la medicación.
Algunas conclusiones del estudio dicen lo siguiente:
Nos demuestra que la exposición fetal a radiación de radiofrecuencia de los teléfonos celulares 800-1900 Mhz de frecuencia, con índice SAR menor al máximo permitido, produce alteraciones conductuales y neurofisiológicas que persisten en la edad adulta. En los ratones expuestos durante el embarazo había problemas de memoria, son hiperactivos, lo que indica que la exposición en el útero a la radiofrecuencia es una posible causa de los trastornos neuroconductuales. Además, demostró el deterioro de la transmisión sináptica glutamatérgica en las células piramidales de la corteza prefrontal asociada a estos cambios de comportamiento, lo que sugiere un mecanismo por el cual la exposición a la radiación de telefonía celular en el útero puede dar lugar a la mayor prevalencia de los trastornos neuroconductuales.
Este es el primer estudio para identificar específicamente los efectos de la exposición de radiofrecuencia sobre el feto ratón. Durante ventanas críticas de la neurogénesis en el cerebro es susceptible a numerosas agresiones ambientales, frecuentes exposiciones médicas pertinentes se incluyen las radiaciones ionizantes, el alcohol, el tabaco, las drogas y el estrés. Los efectos de estos agentes son dependientes de la dosis y el tiempo de exposición. Incluso las exposiciones a pequeñas dosis durante los periodos de la neurogénesis tiene un efecto más profundo que la exposición como adulto. El alcohol afecta la neurogénesis cerebral, los patrones del desarrollo del cerebro y el comportamiento posterior. El tabaquismo materno también afecta el desarrollo fetal, los resultados fetales exposición al tabaco en una mayor incidencia de deterioro cognitivo y de comportamiento como el ADHD (Desorden por déficit de atención con Hiperactividad). Del mismo modo, la exposición prenatal a la cocaína puede llevar a trastornos de la conducta. Incluso el estrés materno prenatal puede reducir la inteligencia y las habilidades del lenguaje en los hijos. Como se ha demostrado en estos ejemplos, las exposiciones ambientales que ocurren en la vida del feto pueden dar lugar a secuelas neurológicas permanentes. Por lo tanto, no es sorprendente que los estudios de la exposición de los animales adultos a la radiación de radiofrecuencia no logró encontrar similares defectos significativos en el comportamiento. La exposición a los teléfonos celulares en el embarazo pueden tener un impacto similar sobre el feto e implicaciones similares en del desarrollo neurológico que otras exposiciones comunes a sustancias tóxicas presentes en nuestra sociedad. Si bien estos datos demuestran una clara asociación entre la exposición del feto y el desarrollo neurológico EMR, es importante reconocer que la extrapolación de este modelo animal para el ser humano es limitado, las exposiciones que se utilizan aquí no son idénticas a las que experimenta el feto humano.
Los efectos de la exposición prenatal a la radiación del teléfono celular puede tener efectos más profundos en las funciones cerebrales que lo reportado en este estudio.
La primera autora Tamir Aldad añadió que los embarazos de roedores sólo duran 19 días y las crías nacen con un cerebro menos desarrollado que los bebés humanos, se necesitan investigaciones adicionales para determinar si los riesgos potenciales de exposición a la radiación durante el embarazo en humanos son similares.
Fuente: http://www.nature.com/srep/2012/120315/srep00312/full/srep00312.html