Cuando hablamos de contaminación electromagnética

Cuando hablamos de contaminación electromagnética, muchas veces nos suena a chino y no comprendemos lo que significa realmente, la ya catalogada como tercera mayor fuente de contaminación en el mundo después de la contaminación en las aguas y del aire o atmosférica (la contaminación electromagnética podría entrar dentro de esta catalogación, ya que se dispersa por el aire, sin ningún medio físico), la también catalogada como posiblemente cancerígena por la OMS, tanto la alta frecuencia (móvil, wifi, etc.), como los campos magnéticos de baja frecuencia (transformadores, líneas eléctricas, aparatos eléctricos, etc.), es todavía una desconocida para la gran parte de la sociedad.

aparato de madición con antena isotrópica

Esto es debido a una serie de intereses sobre todo económicos que surgen de esta tecnología, sobre la cual y en forma de bucle aparecen siempre los mismos estereotipos ideológicos y demagogias que no hacen sino confundir o directamente engañar a la sociedad sobre sus consecuencias.

Estos mensajes subliminales, invaden nuestra sociedad y nos hacen más manejables e incluso sumisos a aplicaciones que van directamente en contra de nuestro bienestar y salud, haciendo que las aceptemos e incluso, yo diría que irracionalmente, las defendamos.

Esta gran campaña de márquetin, inoculan frases o conceptos como:

  • Entonces volveríamos a vivir en una cueva, otra similar y recurrente, volveríamos a la edad de piedra. (Es fácil hacer que las cosas funcionen como tú quieres, si logras crear miedo en el receptor a la pérdida de algo que cree indispensable para su vida, se podría hablar de la dependencia (Nomofobia (no-mobile-phone-phobia)) que generan los móviles en particular y las nuevas tecnologías en general, que llegan a provocar «síndrome de abstinencia«.
  • Eso es mentira y no está probado. (Podéis ver en esta web, artículos y estudios).
  • Estos personajes se están enriqueciendo metiendo miedo. (¿A quien le beneficia más que las cosas sigan como están, a las multinacionales o a los profesionales que buscan soluciones?, ¿quién gana realmente dinero con esta tecnología? no hay comparación posible.)
  • Es ir en contra de la evolución técnica. (Totalmente falso, ya que se debería potenciar la investigación tecnológica para hacerla compatible con la vida, evolución técnica pero biocompatible, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, investigación y desarrollo público de nuevas tecnologías, donde el factor beneficios económicos no prime sobre beneficios sociales y una mejor calidad de vida, o sea, en buena salud)
  • Nos vamos a morir igual. (Cierto, pero lo verdaderamente importante es la calidad de vida que puedas llegar a tener en vida).
  • Descrédito de profesionales y científicos que se atreven a ir en contra de la verdad oficialmente establecida y que advierten de los posibles peligros de un mal uso de esta tecnología, e incluso presiones para la no celebración de actos que den a conocer al público la incidencia de este tipo de contaminación en el medioambiente.
  • Mezclar diferentes actividades como la homeopatía, brujas, gatos negros, supersticiones varias, metiéndolas todas en un mismo saco para desprestigiarlas, ridiculizarlas y no debatir sobre estos temas.
  • Estigmatizar y catalogar como enfermos psicosomáticos (se inventan la enfermedad, con lo cual son enfermos mentales) a los afectados por electrosecibilidad y SQM (sensibilidad química múltiple), esto demuestra la incapacidad del sistema sanitario para evaluar correctamente estas nuevas enfermedades, salvo loables excepciones, con profecionales comprometidos.

Lo peor de todo no es que piense de manera diferente, lo peor es que no se piensa, no se razona de una manera lógica, simplemente se inyecta de forma premeditada e interesada unas ideas o conceptos como los anteriormente expuestos en diversos foros y medios de comunicación, hacer que los diferentes acólitos las repitan incansablemente, y ya la demagogia y el argumento fácil está instaurado en el pensamiento de la sociedad.

Personalmente pienso, que si hay algo que pueda llegar a afectar de manera negativa a mi salud, a la de mis familiares, al medio ambiente, al vecino, etc., o sea, que haya evidencias de que esto pueda ser así (en el caso de la contaminación electromagnética en particular, hay sobradas evidencias, e incluso pruebas de que esto es así, ver documentos en esta web), haría lo posible para proteger la salud de los míos y de la sociedad, exigiendo a los estamentos públicos la salvaguarda de la salud, que es un derecho constitucional, sobre los intereses económicos de unos pocos.

Lamentablemente muchas veces los grandes intereses económicos rigen la actividad política y sus decisiones, ya que si no es directamente por corrupción del modelo legislativo y de sus integrantes o del organismo asesor del mismo, es por presiones del tipo: despido de empleados, desaparición de inversiones privadas, etc., de la cual deducimos que nuestro sistema legislativo y político es débil y está sujeto a los poderes económicos, pero esto es otro tema, demasiado amplio para este artículo.

Volviendo al tema del que les quería hablar, que es la contaminación electromagnética y su influencia en nuestra salud.

Nos dicen, por un lado como argumento, que la emición de “una” antena de telefonía móvil no es perjudicial para nuestra salud y que estamos protegidos por unos límites legalmente establecidos, que son los que marcan un valor de referencia.

De acuerdo, VALOR DE REFERENCIA, estupendo, nos dicen la desviación porcentual en referencia a ese valor artificial propuesto por el ICNIRP por la década de los noventa (a llovido ya desde entonces, solo hay que comparar el nº de estaciones base de esa época y las que hay ahora, habría que comparar la tecnología inalámbrica en los hogares de esa época y la de ahora, habría que ver cuantas frecuencias había adjudicadas en esa época y cuantas hay ahora, habría que ver la evolución y uso de señales pulsadas y digitalizadas (UMTS, DVDT, WIMAX, etc.) en esa época y ahora; podríamos seguir así mucho tiempo, pero si sumas la densidad de potencia (potencia de una onda electromagnética) de móviles, antenas de telefonía móvil, tdt, wifi, teléfonos inalámbricos, consolas con tecnología inalámbrica, radios, radares, etc., aunque sólo haya pasado dos décadas, la situación es completamente diferente de una a otra.

Por otro lado, para tener un valor de referencia, es necesario que esa referencia sea real y no inventada para dar cabida a todos los operadores de telecomunicaciones sin ningún tipo de restricción, salvo la ya mencionada del ICNIRP (que solo tuvo en cuenta los efectos térmicos sobre la salud) que en frecuencias del rango de los 950MHz pone un límite de 4,5 W/m2, donde queda sin legislar pormenorizadamente tecnologías como el 3G, wimax y demás frecuencias pulsadas.

El valor de referencia no puede ser nunca un valor que te saques de la manga, sea cual sea la actividad que se realiza, y este, la densidad de potencia, habría que asumir como referencia la densidad de potencia que hay en la naturaleza de forma natural, con la que hemos evolucionado y sabemos sus efectos de manera concreta, por ejemplo una sobre exposición a las ondas electromagnéticas del sol, nos va a producir una quemadura en la piel, y aunque sean frecuencias mucho mas altas que las utilizadas en comunicaciones inalámbricas, sabemos el efecto, la causa y como evitar que nos afecte negativamente, con lo cual es el valor de referencia mas adecuado para implantar, que sería de <0.000001 μW/m², y el umbral de cobertura para un móvil es de <0,001 μW/m² (IBN), bien, nuestra legislación permite 4500000 μW/m²,  que son cuatro ¡Billones! y medio de veces más alto de lo que hay en la naturaleza, a eso se llama abrir bien la mano.

plaza el charco Tenerife

Este sería el valor de referencia adecuado, y digo valor de referencia, no valor máximo.

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Ahora un pequeño ejemplo; en una parte de una pequeña ciudad turística, como es el Puerto de La Cruz en Tenerife, en las inmediaciones de la plaza del Charco. (esta situación se puede dar en mayor o menor medida en otras ciudades y pueblos del resto del mundo.)

Los puntos rojos, serían las antenas de telefonía móvil legalizadas, el primer círculo rojo, marca un radio de 100metros con respecto a la antena, y los círculos amarillos marcan un radio de 300 metros.

Como podemos observar, una sola antena tiene su influencia, pero si observamos donde hay varias, vemos que el radio de mayor densidad de potencia crea una zona de alta densidad de potencia, es decir, una zona de mayor contaminación electromagnética de alta frecuencia, a esto habría que sumar la densidad de potencia de otras tecnologías que hay en las casas, teléfono inalámbrico, wifi, wlan, móviles y todos los dispositivos inalámbricos que pudieran haber, incluso las radiaciones de los microondas.

gráfico densidad de potencia

En la zona de la plaza del Charco, se tomaron picos mayores de 15 mW/m2, 15 mil millones de veces mayor que el valor de referencia natural, cabe reseñar que la toma de datos está hecha en una zona a nivel del suelo y protegida de la radiación directa de todas las antenas menos de una, que sí irradia directamente en esas zona, pero muy lejos de su campo cercano de irradiación, con lo que es de esperar que en zonas más altas , segundos, terceros pisos, áticos y zonas más expuestas, la densidad de potencia sea mucho mayor, esto unido al tiempo de exposición, nos dará un resultado en el que muchas personas se verán afectadas negativamente en su salud.

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