El cultivo orgánico sin transgénicos, vate récord de producción. Una nueva agricultura es posible

Llamar a esta nueva estrategia agrícola como la nueva revolución verde, me parece temerario, ya que esta definición viene de donde viene y significó lo que significó, una esclavitud a escala mundial sometida por la grandes corporaciones agroquímicas.

Algo que desde ciertos sectores públicos y privados repiten una y otra vez que es imposible, se ha convertido en una posibilidad, que nos da a toda la humanidad una herramienta más de conciencia medioambiental y por lo tanto una libertad intrínseca, respeto y salvaguarda del mundo que nos ha tocado.

Lo hizo utilizando sólo materia orgánica de granja y sin ningún tipo de herbicidas. Lo increíble ocurrió y cosechó 22,4 toneladas de arroz en una sola hectárea de tierra. Se trata de un record nunca visto en la producción de este alimento básico para la mitad de la población mundial. Además otros agricultores de la zona están obteniendo grandes cosechas de trigo y patatas de cultivos biológicos.

La cantidad de arroz conseguida por Kumar superó el record de 19,4 toneladas alcanzados por el llamado «padre del arroz«, el chino Yuan Longping, científico agrícola, y por los científicos financiados por el Banco Mundial en el Instituto Internacional de Investigación del Arroz en Filipinas, y logró superar cualquier otra lograda por grandes productores de Europa y América. Pero no ha sido sólo el joven Sumant Kumar, sus amigos Krishna, Nitish, Sanjay y Bijay, en Darveshpura, consiguieron también 17 toneladas, y muchos otros vecinos en los pueblos de los alrededores afirmaron haber obtenido más del doble de lo cosechado habitualmente. Esto ocurría hace dos temporadas y aún no ha sido superado.

La demostración de que es posible una agricultura sin pesticidas, sin transgénicos, sin productos de síntesis química, es una realidad.

¿Pero cuál fue el secreto de Kumar para lograr semejante cosecha? Uso prácticas antiguas, una de ellas llamada SRI (Sistema de Intensificación del Arroz) desarrollado por Enrique de Laulanié, un sacerdote jesuita francés y agrónomo a mediados de los años 80 en Madagascar que actualmente está siendo estudiado y difundido por la Universidad de Cornell.

Básicamente se trata de abono orgánico y de respetar más la naturaleza. Mientras que la mal llamada «revolución verde» (por sus connotaciones antiecológicas), que evitó la hambruna de la India en la década de los 70 se basó en las variedades de cultivos mejorados, pesticidas y fertilizantes químicos caros, SRI parece ofrecer un futuro sostenible, sin costo adicional, parece ofrecer una esperanza real para aliviar la pobreza.

«Los agricultores usan menos semillas, menos agua y menos productos químicos pero consiguen más sin tener que invertir más. Esto es revolucionario», dijo el Dr. Surendra Chaurassa del Ministerio de Agricultura de Bihar. Esperemos que el sistema pueda seguir evolucionando y lo aprendido año a año logre demostrar al mundo que existen mejores maneras, más simples y económicas de alimentar al mundo.

Theguardian

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